martes, 1 de marzo de 2011

Decepción.

Hoy he aprendido, que los finales felices sólo existen en lo cuentos. Que no merece la pena hacerte ilusiones. Que solo me encuentro a sapos y ranas en vez de a príncipes azules. Que, cuando todo, de repente, parece que va bien, cuando sólo hay un 0,001 de margen de posibilidades de que salga mal, saldrá mal. Que no hay que confiar en nadie a ciegas, porque,  acabarás mal. Puede, que dentro de unos meses que me olvide de esto, y me olvide de las lágrimas derramadas, pero, lo que siento ahora no tiene nombre. Ah, sí, se llama: Decepción

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